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La separación

En ésta aventura de aprender porque sentimos lo que sentimos, en ocasiones me sorprendo en cómo hay cosas que parecían obvias, cosas que estaban ahí pero no se podían ver, eso que algunas personas llaman el elefante en medio de tu sala, es tan evidente, pero el dolor, la incomodidad no permite a nuestra mente poder hablar de lo que está ahí, quizá cómo un niño pensamos que si no lo vemos, si no lo ponemos en palabras entonces no es real. No es cierto, una parte de nuestra mente nos ayuda a que hagamos eso que de alguna manera nos protege de enfrentar lo inevitable, pero hay otra parte en nuestra mente que sabe, a veces es una parte incosciente, justo para estar aliados con la que no quiere saber. Hoy quiero hablar sobre cerrar ciclos, el separarse de algo o alguien, es impresinonante la manera en que invade la mente, de formas que a veces no podemos imaginar, he descubierto que en todos los casos tiene una consecuencia, no sólo cuando es abrupta y no la esperamos como en un rompimiento, un despido, la perdida de un ser querido o de un objeto, también cuando se contruye, también cuando has trabajado en ello, como un cambio de casa, de trabajo, de escuela. Cuando el evento es abrupto, no esperado, desagradable, uno espera el dolor, la frustración, la tristeza, quizá el enojo, entonces puedes sentirlo, permitir ser invadido dolorosamente, en la medida que cada mente logre recibirlo, lo vas atravezando, no de forma fácil pero es lo esperado. La otra forma, en la que promovemos cambios, los contruimos, cuando creamos nuevas oportunidades, también duele, tambien desestabiliza y nos transforma, en momentos en personas emocionadas, motivadas, otras en tristes, ansiosas, enojadas, con emociones que no sabemos cómo llegaron, no es tan fácil dejarse invadir porque a veces no mos percatamos que también estamos renunciando a otras cosas, que también se pierden espacios, cercania, personas, rutinas. El contruir también duele, no cómo algo que te ahogue, claro, estás feliz por los logros pero en ocasiones si detectas que algo hace ruido, que algo no te tiene contento en general y eso quizá tenga que ver con esa renuncia que se tiene que hacer en todos los logros, o la exigencia interna, poder cumplir con ella, el síndrome del impostor o el amor propio tambalerase, la culpa por lo que hemos hecho o dejado de hacer, también por dejar a alguien atrás, suena tan complicado poniendole nombre, pero justo al identificarlo puedes hacer algo, soltarte de esa carga, comprenderla, transformarla, entonces que sea fácil

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disfrutar y seguir creciendo.

 
 
 

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